El establecimiento de la Real Chancillería en Granada forma parte del programa promovido por la monarquía hispana de asentamiento de la ciudad, tras su conquista, de destacadas instituciones públicas.
Previamente a este establecimiento, los Reyes Católicos habían promovido una importante reforma judicial por la que la Audiencia Real de Castilla fue dividida en dos chancillerías, una con sede en Valladolid y la otra en Ciudad Real. Entre ambas chancillerías se repartieron la autoridad judicial del Reino, el traslado de la chancillería de Ciudad Real a Granada no se produjo hasta 1505.
Inicialmente se fundó en la Alhambra, pero fue el emperador Carlos V, durante su estancia en la ciudad quien ordenó traslado a la ciudad y la construcción del actual edificio.
La fachada manierista de la Chancillería es una aportación excepcional a la arquitectura pública del reinado de Felipe II. Para la realización de la misma se convocó un concurso. Esta fachada, concebida como auténtico emblema de poder, era el reflejo de la presencia de la Corona en la ciudad. Se organiza en dos cuerpos de doble piso y siete calles. La fachada se remata por un amplio cornisamiento sobre el que se dispuso una balaustrada de piedra con remates de pirámides, cinco a cada lado del eje de la portada principal. Sobre ésta se dispuso un templete de hierro que protege un reloj. El resultado es una fachada de elegancia y belleza admirables.
El patio, atribuido a Diego de Siloé, tiene arcadas de medio punto sostenidas por altas columnas toscanas de mármol blanco. Del total de dieciséis medallones dispuestos en el pórtico, doce contienen representaciones de personajes masculinos de la Antigüedad, en su mayoría generales y emperadores romanos, mientras que los cuatro restantes son figuras femeninas, tres de ellas matronas romanas.
La monumental escalera que da acceso al piso superior, fue realizada como la fachada, durante el reinado de Felipe II. En la actualidad, el edificio es sede del Tribunal Superior de Justicia de Andalucía.