Portadas de la Catedral de Sevilla, las puertas del cielo:


Puerta del Príncipe o de San Cristobal:

Esta puerta de la fachada sur, frente al Archivo de indias, es por donde accede el público en las visitas a la catedral. Se construyó entre 1887 y 1895 bajo la dirección de Fernández Casanova. Carente de ornamentación escultórica, destaca porque en ella se encuentra la reproducción del Giraldillo que se utilizó mientras se restauraba el original.

Puerta del Príncipe

Puerta del Nacimiento:

Conocida como puerta de San Miguel, es idéntica a la del bautismo, de la que se diferencia únicamente por el conjunto escultórico. Se trata de una construcción anterior a 1450 en la que destacan las esculturas de las arquivoltas, posiblemente de Pedro Millán.

En el tímpano, obra de Mercadante de Bretaña, hay quien dice que se esconde simbología templaria. Aquí Mercadante reflejó la imagen del niño Jesús, junto a la Virgen María, San José y una cuarta figura. Según cuenta la leyenda, este cuarto personaje hace entrega a Jesús de la Piedra filosofal, símbolo de gran significado alquímico. Por último comentar, que por esta puerta entran en la catedral todas las cofradías de Semana Santa para cumplir su estación de penitencia.

Puerta de Palos:

Esta puerta recibe su nombre del hecho de que aquí se almacenaban todas las maderas y andamiajes durante las obras de la catedral.

Su tímpano representa la adoración de los Reyes magos y se encuentra entre la capilla de la Virgen de los Reyes y la Giralda. Se trata de una de las puertas más conocidas, ya que por ella salen todas las cofradías de Semana santa tras la estación de penitencia.

Puerta de Palos

Puerta de Campanillas:

Construida en 1480, recibe su nombre de unas campanillas que se encontraban en ella. Estas campanillas se utilizaban para llamar a los obreros después de los descansos.

En el tímpano se recrea la entrada de Jesús en Jerusalén.

Puerta de Campanillas

Puerta de la Asunción:

Se trata de la puerta principal de la catedral y conecta con la nave mayor del templo. Finalizada entre 1828 y 1833 por Fernando Rosales, esta puerta representa la asunción de la Virgen. El grupo escultórico es obra del escultor Ricardo Bellver.

Puerta principal de la catedral, la Puerta de la Asunción

Puerta del Perdón:

Es la puerta más antigua de la catedral, vestigio de la antigua mezquita aljama. Esta puerta de época almohade se encuentra en la calle Alemanes y da acceso al Patio de los naranjos.

Desde 1407, se le conoce como Puerta del perdón, porque por ella entraban todos los arrepentidos que se acogían a la protección de la iglesia.

Se trata de una puerta de arco apuntado de herradura en la que destacan dos grandes hojas de madera de cedro. Estas puertas están forradas con planchas de bronce decoradas de atauriques y en las que encontramos grabadas frases del Corán.

Vista de la impresionante Puerta del perdón desde la calle Alemanes

Su tímpano, obra de Miguel Perrín, representa la expulsión de los mercaderes del templo, y se realizó entre 1519 y 1522. Su conjunto escultórico recoge las imágenes de los arcángeles. Por último resaltar el curioso reloj solar que se encuentra en la parte más alta de la puerta.

Puerta del Lagarto:

Para finalizar, queremos destacar la conocida como Puerta del Lagarto. Esta puerta da acceso a la catedral desde el patio de los naranjos. Su principal peculiaridad, es una serie de objetos que cuelgan del techo más próximo a ella.

Estos objetos son, un colmillo de elefante, un bastón de mando, un bocado de Jirafa y una réplica en madera de un cocodrilo del Nilo.

La historia de estos objetos es realmente curiosa… En el año 1260, el sultán egipcio Almalec Almodafer Almoezzi, envió a España una delegación para establecer relaciones con el rey Alfonso X “El Sabio”.

Para ello, el sultán pidió en matrimonio a la hija del rey, Doña Berenguela, a quien envió una serie de regalos. Estos regalos fueron una cebra, marfil, una jirafa o un cocodrilo del Nilo vivo, entre otros.

A pesar de estos ricos y extravagantes presentes, la hija del rey no aceptó la oferta, ya que ella era cristiana y el sultán musulmán. El rey, despidió cortésmente a la comitiva egipcia y a su vez envió una embajada española con presentes para el sultán. Los animales, sin embargo, permanecieron en los reales alcázares hasta que murieron. Como recuerdo de aquel hecho, Alfonso X, mandó colgar sobre la puerta de la catedral los curiosos objetos ya mencionados. El cocodrilo se disecó y se colgó junto a los demás recuerdos, sin embargo, se fue deteriorando con el paso del tiempo. Más tarde fue sustituido por la réplica en madera que se puede ver en la actualidad.

Puerta del Lagarto

Estos elementos han permanecido aquí colgados desde entonces, excepto durante la restauración de la techumbre del patio en los siglos XVII y XVIII. Durante esta restauración, se pusieron dentro de la boca del cocodrilo unos documentos que contaban su historia.

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