Este monumento es un homenaje a los 142 almerienses fallecidos en el campo de concentración de Mauthausen, en Austria.
Hasta allí llegaría durante la segunda Guerra Mundial unos 1500 andaluces, de los que solamente lograron sobrevivir un tercio del total. De las más de 1000 víctimas andaluzas, 142 eran almerienses, que están representados en este monumento mediante las 142 columnas de hormigón que lo componen.
Uno de los grandes impulsores de la creación de este monumento-homenaje, fue Antonio Muñoz Zamora, el último superviviente almeriense de este campo de concentración.
La autora del monumento, María Ángeles Lázaro Guilguil, tambien representa la conocida como la » Escalera de la muerte «, una empinada escalera de 186 escalones, por las que los prisioneros tenían que subir con pesados bloques de piedra.
El sufrimiento de subir esta escalera repetidamente cargados con piedras, a veces empeoraba, ya que los oficiales nazis en ocasiones y por el mero hecho de un divertimento macabro, empujaban a los prisioneros al llegar arriba, causando la caída de todos cuanto se encontraban a su paso, causando heridas y en algunos casos incluso la muerte de muchas de estas personas.
Algunos autores afirman que habría un prisionero fallecido por cada baldosa de la escalera, un dato estremecedor sin duda.