MONUMENTO A ISABEL LA CATÓLICA Y COLÓN
Creado por Mariano Benlliure en el siglo XIX
El Monumento a Isabel la Católica se encuentra, desde los años 60 del pasado siglo en una gran plaza, en la intersección de Reyes Católicos, la Gran Vía, la calle Pavaneras, y frente al Edificio Colón. Unos años antes de 1892, con el auge de los ilustrados y el comienzo de serios estudios sobre la conquista de América y todo lo relacionado con Colón, se pensó en la conmemoración del IV centenario del descubrimiento de América.
El Ministerio de Fomento convocó un concurso público entre artistas españoles para hacer una escultura monumental que conmemorase el descubrimiento. Se presentaron varios bocetos pero el concurso quedó desierto.
A principios de 1892 todavía no había ningún proyecto iniciado, por lo que la Comisión encargada de programar los actos hizo llamar con urgencia a Mariano Benlliure, uno de los escultores más importantes de la España de aquella época. Fue el encargado de elaborar el monumento conmemorativo, y el 20 de marzo de 1892, el escultor firmó el contrato con el fundidor Alessandro Nelbi para hacer la obra. Benlliure cuenta con otra obra en Granada, el monumento al pintor Apperley, que está situada, desde 2007, en la placeta de la Calle Gloria, en el barrio del Albaicín.
El Monumento a Isabel la Católica se compone de una figura de la Reina Isabel la Católica de 2 m de alto, sentada en una magnífica silla gótica, ante la figura de Cristobal Colón de 2 m, situada en un escalón inferior y en posición arrodillada con objeto de recibir las capitulaciones, que fueron firmadas el 17 de Abril de 1492, en La Casa Real de Santa Fe.
En el frontal de la escultura se aprecia un tapiz que cae sobre la superficie del basamento, y que está sostenido por dos figuras alegóricas de 1 metro cada una. Toda la obra se rodeaba, en su origen, por una verja de estilo gótico tardío, también diseñada por Benlliure, y fundida en Granada.
La obra escultórica realizada en bronce con el sistema de “cera perdida”, y sobre un artístico pedestal realizado en
piedra de Sierra Elvira, representa uno de los momentos más importantes de la historia española, el instante en el que la Reina Isabel de Castilla entrega las capitulaciones a Colón para viajar a las Indias.
La obra se ubicó inicialmente en el paseo del Salón desplazando a la Fuente de los Gigantones (hoy ubicada en la plaza Bib-Rambla), y se inauguró el día de la Hispanidad de 1892.