Casa de Zafra


La Casa de Zafra, ubicada en el barrio del Albaicín declarado Patrimonio Mundial en 1994, constituye uno de los ejemplos más relevantes y mejor conservados de la arquitectura andalusí de carácter residencial. Los valores culturales del inmueble llegado hasta nosotros son numerosos. En ella, encontramos valores históricos, artísticos, arquitectónicos y paisajísticos de primer orden.

En su origen estaba integrada en el espacio urbano que configuraba el recinto de la Granada Andalusí, concretamente en el llamado barrio de Axares (del Deleite), que debió de ser uno de los barrios nobiliarios de importancia de la Granada Hispanomusulmana, siendo este inmueble ejemplo arquitectónico que ha mantenido su carácter eminentemente de origen nazarí a pesar de las diversas transformaciones que ha sufrido a lo largo del tiempo.

Poco se sabe de sus moradores en época Islámica, pero se puede concretar que por los

vestigios que han perdurado y las dimensiones, la casa debió pertenecer a una familia nobiliaria del periodo nazarí.

Vistas de la Alhambra desde
la planta superior de la casa de Zafra

Sin embargo, si que se poseen noticias sobre los moradores de la edificación ya en el periodo cristiano. La Casa de Zafra perteneció a Don Hernando de Zafra, Secretario de los Reyes Católicos, y su mujer Doña Leonor de Torres que la donaron, junto con otras edificaciones para formar, tras su muerte y la de su mujer, el convento de religiosas dominicas de Santa Catalina de Sena (Siena), más conocido como Convento de Zafra. Dichas propiedades las habían adquirido por donación de la Reina Isabel en compensación por haberles tomado otras situadas en la Alcazaba Qadima , donde Hernando de Zafra pensó en instalar inicialmente la Fundación del Convento, pero que la Reina utilizó para crear el Monasterio de Santa Isabel la Real.

La casa quedó preservada dentro del complejo conventual que en 1931 fue declarado monumento histórico-artístico. Fue entonces y al conocerse su estado precario de conservación, cuando en 1946, siendo alcalde D. Antonio Gallego Burín, fue adquirida por el Ayuntamiento de la ciudad perteneciendo hasta hoy en día al mismo. Durante las décadas de 1950 y 1960 se realizaron varias fases de consolidación y reforma, a cargo de Francisco Prieto Moreno, entre 1989 y 1991, los arquitectos Antonio Almagro y Antonio Orihuela acometieron una restauración integral y recientemente (2010-2012) ha sido rehabilitada por el Excmo. Ayuntamiento de Granada, gracias al apoyo y financiación del Ministerio de Cultura y el Plan de Turismo de Granada. 

Interior de la Casa de Zafra

La arquitectura del inmueble que nos ocupa, fechado en el siglo XIV y ampliada en el siglo XV, representa a la perfección la tipología de casa nazarí organizada en torno a un patio rectangular, con alberca central, de eje longitudinal norte‐sur marcado por la presencia de pórticos enfrentados en dichos lados menores que anteceden a las salas nobles de la vivienda. 

Su entrada se realiza a través de un zaguán en recodo para evitar la visión directa desde el exterior y salvaguardar la intimidad doméstica que da acceso al patio, el cual se convierte en el elemento distribuidor a las diferentes estancias de la casa.

Esta vivienda, a tenor de la disposición y carácter de los elementos en torno a su patio, tuvo dos fases distintas de ocupación: La primera de ellas, en el siglo XIV en la que se construiría la primera planta y la segunda durante la centuria siguiente que ante la colmatación demográfica y urbana de la medina y otras zonas de la ciudad y la densificación de usos y funciones de la vivienda, se le añadió la planta alta. Ya en el siglo XVI la casa sufrió ciertas transformaciones para adaptar su uso a las constumbres de  los nuevos moradores cristianos. 

Entre los elementos artísticos originales que se han conservado encontramos columnas, capiteles, arcos festoneados, angrelados y gallonados, albanegas decoradas con rosetones y estrellas de ocho, atauriques, solería de mármol, pies derechos con zapatas, armaduras y alfarjes con restos de policromía entre otros; destaca la presencia de restos de pintura mural nazarí, que le confiere una singularidad que no tienen otras casas de carácter musulmán conservadas en Granada. Están situadas en el ala sur de la casa y se corresponden con la misma tipología que las expuestas en algunas estancias de la Alhambra.

El excelente estado de conservación que ha adquirido la casa después de esta restauración permite que el visitante perciba claramente la fisonomía de las casas nobiliarias tradicionales de la época nazarí.